jueves, 4 de julio de 2013

Odre nuevo

Dios está trayendo vino nuevo sobre su iglesia. Sí, la plenitud del Espíritu Santo está rebalsando sobre los hijos de Dios que la desean. Una plenitud que ha sido prometida por Jesucristo para sus hijos. “Recibirán poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu”, prometió Cristo ¡Y hace dos mil años que está ocurriendo! Plenitud del espíritu para vivir una vida victoriosa frente al pecado, poder para derrotar al enemigo, poder para ser testigos del Señor.
En estos días Dios está derramando su bendito Espíritu sobre aquellos que perseveran en oración y ruego, y buscan la gloria del Señor. Pero este vino nuevo no puede venir sobre odres viejos. El odre es un recipiente de cuero, que cuando el vino nuevo fermenta en su interior tiene la capacidad de estirarse, de ser moldeado. Pero cuando el odre está viejo, ha sido usado, se reseca, pierde elasticidad y se resquebraja ante ese líquido que tiene la capacidad de ensancharse.
El odre es nuestro corazón, el lugar donde viene a habitar el Espíritu Santo. Este corazón debe estar preparado para recibir la unción de Dios. Al rendirnos al gobierno del Señor venimos de vivir una vida hueca, una vana manera de vivir, donde nuestros hábitos, nuestros valores, nuestro carácter y nuestro comportamiento deben ser transformados. No podemos entrar al reino de los cielos si no morimos y no nacemos de nuevo.
Dice Dios  en Ezequiel 11:19 “Y les daré un corazón y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos, y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne”.
El Espíritu Santo necesita habitar en una nueva creación, hecha conforme a la imagen de Cristo. Las viejas vestiduras ya no sirven. Sin embargo, algunas personas se acercan a Dios buscando remiendos para su vieja ropa, buscan que Dios satisfaga una necesidad, se sienten aliviados en sus cargas, se acercan a la iglesia pero en un corazón no hay una verdadera entrega sino que sigue consintiendo egoísmos, orgullo y rebeldía, sigue conviviendo con su vieja vida.
¿Cómo renuevas tu odre? Cómo cambio mi corazón. En la presencia de Dios.  Dios lo hace mientras permanecemos en su presencia de Dios en oración, volcando nuestra vida frente a su altar. El quita nuestros viejos vestidos y nos viste con vestidos nuevos, santos, lavados, redimidos y listos para ser usados para sus propósitos.
¡Dios quiere darte un odre nuevo! Quiere que lo comiences con un corazón y una mente renovada, con un espíritu dispuesto a recibir lo que Dios te ha prometido. Que este sea un año donde no le pongas condiciones a Él, sino que El ponga sus condiciones! Un año donde Dios pueda usar tu vida para su gloria.
Te invito a que pagues el precio  de buscar a Dios con deseos, con hambre, con fervor, como lo hicieron los primeros cristianos en el aposento alto, que perseveraban en oración y ruego. Un corazón está preparado para recibir la unción de Dios cuando está lleno de fe, de disposición, de obediencia a su Señor.
Iglesia, hay un vino nuevo que no has probado y que tengo preparado para ti. Es como el vino que está reservado para los postres. Es un vino preparado para aquel pueblo que está dispuesto a creerle al Señor y se entrega con fuego en los corazones a conquistar la visión que les he dado. Y la visión es ganar este mundo para Cristo, no menos que esto.
Amado, comienza un despertamiento espiritual como nunca lo hemos conocido. Lo anticipan los profetas del Señor, vienen tiempos donde la lluvia tardía descenderá sobre nosotros.
Iglesia prepárate a recibirla. Renueva tu corazón, paga el precio de los ungidos,  y prepárate para ser usado poderosamente.
“Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sión; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa. Sacúdete del polvo, y levántate”.

                                                                           

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