Todo comenzó en el año 1993, durante una
reunión que se realizó en la iglesia del Hogar del Carpintero, en Lakeland,
Florida, donde predicó y sorprendió a los líderes presentes. Mientras caminaba
por los pasillos llamaba a distintas personas de entre el público y cuando
oraba por ellas, comenzaban a reír.
Durante varias semanas, este lugar, con capacidad para diez mil
personas sentadas, se llenó de gente que quería escuchar sobre el avivamiento
espiritual.
"Yo sólo soy un barman del Espiritu Santo. Sólo sirvo el
vino y los invito a beber", dijo Howard-Browne, el hombre que Dios usó en
esos días. El fenómeno distintivo en sus reuniones era la risa
incontrolable y el llanto, que se producían en sus reuniones. Él les decía a
quienes lo escuchan que estas inusuales respuestas emocionales son
manifestaciones de la presencia del Espíritu Santo.
Bautistas, episcopales, metodistas y pentecostales por igual,
respondían al llamado de consagración. Muchos quedaban en el suelo riendo,
algunas veces durante horas. Luego, algunos salían tambaleándose de la iglesia
como si estuvieran ebrios.
No hay explicaciones naturales para la forma en que tanta gente
se riera. Rara vez contaba chistes; en realidad mantenía un rostro serio
durante la mayor parte del tiempo de sus reuniones. Su estilo sencillo y su
genuino deseo de desatar el avivamiento espiritual en los Estados Unidos han
captado la atención de hombres deseosos por ver señales y prodigios.
Rodney nació el 12 de junio de 1961 en Port Elizabeth,
Sudáfrica. Rodney, hijo de padres pentecostales, creció en una atmósfera bañada
de oración. Fue en el verano de 1979, cuando pasaba horas en oración por tener
una experiencia espiritual más profunda con Dios, que se desató su crisis
espiritual. "O tú bajas aquí y me tocas, o yo subiré a ti”, oró
desesperado.
Repentinamente sintió que todo su cuerpo estaba en llamas.
Comenzó a reír sin control. Luego lloró y comenzó a hablar en lenguas.
"Estaba conectado con la usina eléctrica del cielo –escribió en su libro
El toque de Dios- y desde entonces, mi deseo ha sido conectar a otras
personas".
En diciembre de 1987 llegó a Estados Unidos. Cuando llegó, dijo:
"Dios, no quiero ser parte del problema, sino parte de la solución.
Entonces comenzamos a estudiar los anteriores avivamientos producidos en los
Estados Unidos. El clamor de nuestros corazones era que Dios sacudiera este
país". En abril de 1989, Howard – Browne estaba en una iglesia de Albany,
New York, cuando sintió como si una pesada manta se posara sobre el mientras
predicaba.
Otras personas también sintieron esa sensación, y muchas
comenzaron a caerse de sus asientos. Algunos lloraban; otros reían. El ruido se
volvió tan fuerte que Rondy tuvo que interrumpir el sermón. "Señor, me
estás arruinando la reunión", se quejó el evangelista. Dice que Dios le
respondió: "Por cómo han estado yendo tus reuniones últimamente, lo mejor
que podía pasar es que la arruinara. Si me lo permites, me moveré todo el
tiempo".
En la primavera de 1993 se produjo la gran irrupción, cuando el
pastor Karl Strader, de la Asambles de Dios, lo invitó a predicar en Lakeland,
Florida, en la iglesia del Hogar del Carpintero. Strader lo invitó a ir por una
semana, pero Howard se quedó cuatro. "Fue el mayor mover de Dios que yo
haya visto jamás", declaró Strader. "Era como lo que vemos en los
libros de historia. Venia gente de África, Gran Bretaña y la Argentina a verlo.
He estado en el movimiento carismático y he participado del movimiento de
Jesús, pero nunca he visto algo como esto". Según Strader, la iglesia ha
sumado 800 miembros. "Hace 28 años que estoy aquí, y nunca hubo algo como
esto. Bautizamos a 2.200 personas en pocas semanas. Las reuniones duraban hasta
las dos de la madrugada”.
¡Si Dios lo hizo una vez, puede hacerlo de nuevo!
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