jueves, 4 de julio de 2013

Tiempo del Espíritu

Estos son días en los cuales el Espíritu Santo se está moviendo sobre la Iglesia para confirmar y cumplir cada una de las promesas que Dios habló por boca de sus profetas. Hay promesas de bendición para la Iglesia de estos días, y cada una de ellas se cumplirá porque Dios no es hombre para mentir. Conforme se acerca el tiempo de la venida de Cristo la consolidación del Reino y la restauración de la gloria en la Iglesia es cada vez más evidente ¡Es un privilegio ser parte de la iglesia de estos días! Y podemos confiar en que cada profecía se cumplirá en nosotros, los hijos de Dios.
Por eso también es un tiempo de oportunidades, que no podemos desperdiciar. Vamos a aprovechar todo lo que viene de Dios. La era del Espíritu está entre nosotros para llevar a cabo todo lo que Padre ha establecido. Por eso dice Isaías 32:15 “Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos…hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto” ¡Y el Espíritu está soplando sobre el pueblo de Dios para devolver la gloria perdida!
Isaías 35 es un capítulo profético. Históricamente describe lo que acontecerá cuando Judá vuelva a su tierra del destierro. Pero también está escrito para describir la gloria futura de Sión, es decir de la Iglesia. 
¡Este es tiempo de consuelo!Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa” (v:1).  Los tiempos de desierto y de soledad, son difíciles. A nadie le gusta sentirse desorientado, sin encontrar el rumbo. Nadie desea permanecer mucho tiempo bajo esa sensación de desamparo y de debilidad. El dolor, la incomprensión, la enfermedad, la injusticia, el sentimiento de fracaso son experiencias que todos quisiéramos evitar, pero todos pasamos por esas aguas en la vida. Dios aprovecha esos tiempos para revelarse con más claridad, para enseñarnos las lecciones más ricas, y para aprender a depender de él.
“Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”, te dice Dios. En medio del dolor cantarás de gozo, y en medio de escasez conocerás mi abundancia!!!
¡Prepárate pueblo de Dios para ser levantado y reconocido entre todos los pueblos!
¡Es tiempo de poder! “Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles”  (v:3) En los días de esclavitud el diablo nos mutiló de muchas maneras. Arrancó esas fuerzas y esas ilusiones con las que volvíamos a levantarnos una y otra vez. Después de tantos golpes, algunos ya no se levantaron más. Quedaron como discapacitados, como lisiados, sin capacidad de reacción, arrastrándose por la vida, en vez de caminar. A golpes de fracasos se nos convenció que nacimos estrellados, que éramos unos inútiles y que por más que lo intentáramos no saldríamos adelante. Pero el Espíritu Santo está soplando con aires de libertad y de poder para levantarnos y ponernos a salvo. Él dará el pago que se merece al diablo, y retribuirá a aquellos que se han sostenido a pesar de sus debilidades.
Los discapacitados serán habilitados, los débiles serán fortalecidos y los tímidos serán alentados. Este es un tiempo de milagros, porque Dios ha resuelto levantar a sus hijos como estandartes de victoria, para vergüenza de sus enemigos.
¡Es tiempo de santificación! “Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad (v:8) Es difícil en estos días conocer la verdad, saber lo que está bien y lo que está mal. En tiempos de tanta confusión, donde todo es relativo, donde muchos creen que caminan derecho y no saben que se dirigen derecho al infierno, cuesta mucho separar la ley divina de los criterios humanos. ¿Cómo hago para no equivocarme? La garantía está en escuchar a Jesucristo.
“Pondré mi ley en sus mentes y en sus corazones”, dijo Dios. Les será fácil discernir cual es el camino. Yo les acompañaré, los respaldaré en todo lo que emprendan.
Cuando caminamos con Dios, por ignorante que nos sintamos, no nos vamos a desviar, y además, el diablo no nos podrá tocar. La senda de la justicia garantiza que ninguna fiera pueda hacerte daño. En el desierto de la vida, habrá un camino claro, como dijo el salmista “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino” (Sal. 119:6) Es decir, la Palabra es una lámpara y una luz. En hebreo son el equivalente a decir: Tengo una linterna en una mano para los detalles de hoy, y un reflector gigantesco en la otra para discernimiento el mañana.
Finalmente Dios promete que los redimidos vendrán a la casa de Dios, y esta será llena de gozo perpetuo ¿Eres un hijo de Dios? Prepárate para que Dios te llene de alegría. Prepárate para echar fuera de tu vida la tristeza y el gemido. Permite que el gozo del Espíritu te llene en esta hora para que puedas experimentar el consuelo, el poder y la santificación que viene sobre la Iglesia.
“Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos” (Ap.7:17)


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